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¿Cómo se realiza el coaching?

Pilar Venegas
Pilar Venegas
2025-07-24 00:12:20
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El coaching es un conjunto de prácticas diseñadas para ayudar a los individuos y a los grupos para alcanzar sus objetivos, especialmente en el ámbito del desarrollo profesional y/o personal. En este sentido, el coaching analiza cada caso particular identificando tanto necesidades y problemas a resolver como potenciales oportunidades de mejora, y establece un flujo de comunicación coach-coachee que permite evaluar en tiempo real los resultados de las estrategias aplicadas. Lo primero que hay que tener en cuenta es que las soluciones aplicadas por el coach dependen de su área de especialización, la cual delimita la clase de necesidades que aborda. El punto de partida del proceso de coaching surge de la identificación de una oportunidad de mejorar la situación presente, proponiendo medidas en positivo. Otro de los pilares del funcionamiento del coaching consiste en aplicar estrategias de autoconocimiento. Esto es especialmente importante en el coaching organizacional o el coaching de equipos, ya que permite evitar los bloqueos comunicativos y la aparición de malentendidos. Las distinciones son sistemas de categoría que permiten diferenciar entre conceptos que, hasta ese momento, habían sido confundidos entre sí y por ello dificultaban el avance hacia el objetivo. Saber modular las propias emociones y reconocer las emociones ajenas es importante para adaptarse al contexto social en el que se vive, algo que es siempre uno de los pilares de cualquier proceso de coaching. La aplicación de técnicas que potencian la motivación es otra de las claves del funcionamiento del coaching, ya que ayuda a comprometerse a medio y largo plazo con el objetivo definido en la primera fase del proceso. Para ello se utilizan rutinas como la creación de un diario personal, las pautas de horario muy definidas para delimitar el inicio y el final de cada tarea, la subdivisión de los objetivos a alcanzar en varios retos más simples y a corto plazo, etc.
Joel Báez
Joel Báez
2025-07-23 21:05:39
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El coaching puede proporcionar a los profesionales el espacio y el tiempo necesarios para pararse a reconocer sus logros y celebrarlos. Es el primer paso a la hora de iniciar un programa de coaching, ya que una evaluación de autorreflexión ayuda a tener claridad sobre los objetivos individuales y el potencial de crecimiento del coachee. Los objetivos individuales suelen definirse utilizando el marco SMART, es decir, son metas específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo determinado. Entre los elementos importantes del coaching remoto se incluyen su estructura logística, la orientación personalizada, la conexión entre coach y coachee y un enfoque centrado en el crecimiento y el desarrollo. Una evaluación inicial también determinará el camino de la formación y se centrará en mejorar los puntos débiles y trabajar las necesidades de cada coachee. En esta fase coach y coachee trabajan juntos para determinar los hitos, los ejercicios y las microformaciones a llevar a cabo para conseguir los propósitos. Una buena comunicación facilita también hablar de las emociones o posibles problemas, lo que nos lleva a las otras dos soft skills relevantes: regulación emocional y resiliencia. Como parte del marco de coaching holístico, los coachees trabajan para conseguir los propósitos mediante el descubrimiento de las fortalezas de sus coachees. Y este proceso se lleva a cabo centrándose en mejorar los puntos fuertes ya existentes, en lugar de focalizarse en las debilidades. El coaching basado en los puntos fuertes es un enfoque común utilizado por muchos coaches, especialmente en el entorno digital. Desarrollar las habilidades de comunicación, la regulación emocional y la resiliencia. Cifras de CoachHub señalan que la comunicación es la soft skill más utilizada por directivos de nivel medio y superior, por lo que, dada su importancia es fundamental hacerla llegar al resto de la plantilla para fomentar un entorno de trabajo de confianza, en el que la conversación entre líderes y empleados sea fluida. Ambas se pueden mejorar con sesiones de microtareas como nombrar sus emociones, practicar técnicas de mindfulness o hacer pequeños descansos para desconectar.