Calienta primero tus músculos: el estiramiento debe ir incrementando gradualmente, sobretodo al comienzo, ya que los músculos están fríos y podemos hacernos daño si empezamos con estiramientos muy fuertes. Mantén cada estiramiento al menos 30 segundos: las fibras musculares necesitan un periodo de tiempo para elongarse y adaptarse al estiramiento. Evita los rebotes: éstos pueden causar microrroturas de fibras y ser contraproducentes. El estiramiento no debe doler: si notas dolor, es porque estás forzando demasiado el estiramiento. En este caso, debes aflojar un poco hasta notar tirantez en el músculo, pero nunca dolor. Acompaña el estiramiento con tu respiración: no mantengas apnea durante los estiramientos. Lo ideal es que respires profundo acompañando el estiramiento. Estira de forma bilateral: es importante que estires ambos lados para mantener un buen equilibrio en tu movilidad corporal. Cuida tu postura: debes realizar los estiramientos manteniendo una correcta postura y alineación para evitar sobrecargar o hacernos daño. Elige los estiramientos adecuados para ti: a veces no todos podemos realizar los mismos estiramientos por nuestra edad, problemas de movilidad, lesiones…etc. Consulta con tu fisioterapeuta o profesional del deporte que te guíe y te recomiende los ejercicios más adecuados para ti.