Someterse a revisiones oculares periódicas es solo una de las muchas formas en las que puedes mejorar tu vista y prevenir lesiones o enfermedades que podrían dañar tu visión. Obtener suficientes vitaminas y minerales de nuestra dieta es importante, ya que las vitaminas A, C y E, así como el mineral zinc, contienen antioxidantes que pueden ayudar a prevenir la degeneración macular. Las fuentes de alimentos para estos importantes nutrientes incluyen una variedad de frutas y verduras, como zanahorias, pimientos rojos, brócoli, espinacas, fresas, batata y alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón y las nueces.
No olvidarse de los carotenoides en la dieta también es crucial, ya que la luteína y la zeaxantina son carotenoides que se encuentran en la retina y pueden encontrarse en verduras de hoja verde, como el brócoli, el calabacín o los huevos. Mantenerse en forma es otro aspecto importante, ya que hacer ejercicio y mantener un peso saludable pueden ayudar a tus ojos, no solo a tu cintura, y reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y sus complicaciones, como la retinopatía diabética.
Además, evitar las enfermedades crónicas como la diabetes y la presión arterial alta es fundamental, ya que estas afecciones pueden afectar a tu visión y causar daño a la salud. Usar gafas protectoras si es necesario, así como gafas de sol, puede proteger los ojos de condiciones como cataratas, degeneración macular y pterigión. También es importante seguir la regla 20-20-6 para aliviar la tensión ocular, dejar de fumar para reducir el riesgo de desarrollar cataratas y degeneración macular, y conhecer el historial de salud ocular de tu familia para tomar medidas preventivas.
Finalmente, mantener tus manos limpias y lavarlas antes de tocarse los ojos o manipular las lentes de contacto es esencial para prevenir infecciones y proteger la visión.