Acudir al oftalmólogo al menos una vez al año para hacernos revisiones rutinarias que puedan detectar cualquier anomalía o problema, y así poner solución. Por supuesto ante cualquier molestia o dolor, acude a tu oftalmólogo lo antes posible. La luz directa en nuestros ojos, los reflejos y las sombras durante largos periodos de tiempo, en la oficina por ejemplo, afectan a nuestra visión a largo plazo. Es importante para rebajar la fatiga visual, levantar la vista de la pantalla que tienes enfrente cada 15-20 minutos, y mirar a un punto fijo lejano durante unos segundos. El uso de gafas de cristales homologados con el filtro UVA y el distintivo UE adecuado, es necesario para la buena salud visual. Los rayos solares impactando de manera directa en nuestros ojos pueden tener consecuencias muy negativas a largo plazo. Lo más adecuado es mantener una distancia de entre 50 y 70 cm del objeto que vamos a tener enfrente durante un largo período de tiempo. Las verduras y frutas cargadas de vitaminas A y C: zanahorias, arándanos, frutos rojos… y los alimentos con magnesio cómo los frutos secos, algunos cereales, etc., también ayudan a mantener una buena visión. Tener siempre a mano un colirio de lágrimas artificiales recetadas por un oftalmólogo nos aliviará y rehidratará nuestros ojos.