Los puzzles, tanto en dos como en tres dimensiones, son una excelente opción para estimular la vista desde temprana edad y durante todo el desarrollo.
A medida que se avanza en la dificultad de los rompecabezas, se trabajan habilidades como la discriminación visual, la percepción figura-fondo, el cierre de formas y la coordinación ojo-mano.
Unos clásicos que pueden en ser utilizados para estimular la vista de los niños de una forma divertida y educativa.
Requieren que los jugadores muevan los ojos de una forma similar a como lo harían al leer, lo que los convierte en una excelente herramienta para el entrenamiento visual.
Los juegos de casillas es una forma efectiva de trabajar la percepción espacial, la coordinación ojo-mano y la agudeza visual.
Sobre todo los que se basan en buscar parejas de dibujos.
Ejemplos como el Dobble o Memory son muy completos, ya que trabajan la atención, los movimientos oculares de rastreo, la discriminación visual, la memoria visual, la localización y orientación espacial, la constancia de forma y la velocidad de reacción.
Los juegos con pelota, tanto en el suelo como en el agua, son una excelente opción para desarrollar habilidades visuales como la agudeza visual, el enfoque, la motilidad ocular, la percepción de profundidad, la coordinación ojo-mano y ojo-pie.
La actividad de hacer y explotar pompas de jabón con un pompero es una excelente opción para estimular la visión de los niños de forma divertida y entretenida.
Al perseguir y explotar las pompas, se trabajan habilidades visuales como la agudeza visual, la fijación, el seguimiento ocular, la coordinación ojo-mano y la percepción de profundidad.
Las actividades de ocio como los pasatiempos y las manualidades no solo son una fuente de diversión, creatividad y concentración, sino que también pueden ser una herramienta valiosa para promover la salud visual de los niños.
Estas actividades pueden ayudar a mejorar habilidades como la agudeza visual, la percepción visual, la coordinación ojo-mano, la discriminación visual y la memoria visual.
Además, realizar manualidades con materiales diversos también puede fomentar el uso de diferentes rangos de visión y la capacidad de adaptación visual a diferentes distancias y tamaños de objetos.
Este juego se puede adaptar a diferentes edades y habilidades, utilizando pasta de distintos tamaños y enseñando diferentes habilidades visuales a medida que los niños progresan.
Los niños pueden practicar la atención y la fijación visual, la constancia de forma, la organización espacial y la coordinación fina ojo-mano.
Primero, se pintan las piezas de pasta con rotuladores, témperas u otro tipo de pintura y se esparcen sobre la mesa.
Luego, se ensartan en un hilo, alternando los colores.
El resultado son collares de colores divertidos y atractivos que los niños pueden regalar.