El 82% de los atletas tienen problemas para conciliar el sueño la víspera de una competición, lo que no suele afectar a su rendimiento deportivo si son personas que duermen bien habitualmente. No te obsesiones, llevas meses preparándote, tu cuerpo y mente están entrenados, el trabajo ya está hecho. Date un respiro el día antes y vete al cine o sal temprano a tomar una caña o un vino con los amigos. Un poco de distracción y el alcohol de baja graduación con moderación te ayudarán a relajarte y a dormir mejor. Cena 2 o 3 horas antes de ir a dormir tomando alimentos ricos en carbohidratos para reponer el glucógeno muscular y tener energía y los de bajo índice glucémico como la pasta al dente, arroz, pan y patatas, ayudan a conciliar el sueño. Bebe el día anterior y restringe los líquidos unas 2 horas antes de irte a dormir. Acuéstate a la misma hora y sigue una rutina, hay rutinas ‘clásicas’ que funcionan muy bien como tomar un vaso de leche con cacao o una infusión, un masaje en las piernas con crema, leer, oír la radio o hablar con alguien. Aprende técnicas de relajación, el control de la respiración es clave para mejorar el rendimiento deportivo, antes, durante y después, y las técnicas de relajación te enseñan a controlar en cualquier momento y situación. Lleva tu propia almohada, cada vez más deportistas viajan con la suya a las competiciones, es algo personal que les ayuda a dormir mejor. Apaga la tecnología, hay estudios que demuestran que el tipo de luz de sus pantallas activa regiones cerebrales que dificultan el sueño y nos hacen dormir peor.