El estado óptimo de rendimiento o también llamado estado de flow o de fluir, es un estado de total concentración en la tarea que estás haciendo, provocando que con menos tiempo consigues más resultados. Estás totalmente absorto, presente, con una capacidad de cuerpo y mente totalmente equilibrado. Estás con la tarea, no estás pensado en otras cosas que no sea el entrenamiento. Una cosa que sucede mucho cuando estás en este estado óptimo de rendimiento es que pierdes la noción del tiempo, no existe ni el pasado, ni el futuro. Solo el presente.
Cuando tu tienes un objetivo muy concreto, estás pensando en esa meta que quieres llegar. Piensas en ese levantamiento pesado que quieres conseguir hacer, y sobre todo, cuando progresas te hace tener una sensación inigualable de motivación, de concentración, de foco y de fluidez. Te hace sentir que ese entrenamiento era lo único que estabas haciendo, como si fuera una sensación de burbuja.
Para fluir y entrar en el estado de rendimiento óptimo hay que dominar. No puedes fluir sin un dominio de la acción, no puedes fluir si no tienes una sensación de control. Además es muy importante destacar que para tener sensación de fluir, primero hace falta cierta sensación de control de la técnica y de las sensación que te provocan el ejercicio que estás haciendo.