Volumen: Este término suele ser muy ambiguo, en ocasiones se refiere al nivel de potencia, pero en psicoacústica, volumen es una percepción que se relaciona con cambios de energía medibles, sin embargo, no es lo mismo que nivel, intensidad o ganancia. Es por esto que el sistema auditivo humano percibe el incremento de nivel como incremento de volumen.
El volumen de un sonido depende del número total de impulsos nerviosos que llegan al cerebro por medio del tracto auditivo.
También debemos recordar la curva isofónica, la cual describe los cambios en nuestra percepción de volumen dependiendo de la frecuencia emitida.
Por lo que la sensación de volumen cambiará dependiendo del tiempo de exposición de dicha frecuencia.
Entonces, podríamos decir que el nivel de presión sonora está asociada con el volumen, si sube la presión sonora, sube el volumen.
Pero recordemos que definitivamente no son lo mismo.
La presión sonora se calcula por medio de los pascales (Pa) y se usan decibeles SPL (Sound Pressure Level) para medirlos con un sonómetro.
Por otro lado, el volumen, bueno, ya está escrito más arriba.
Dato curioso: El clásico medidor VU, se relaciona con la lectura de nuestra percepción de volumen en señales de audio, pero no hace una medición directa de ciertas cantidades de volumen.
Es por eso que lleva el nombre de medidor de Volume Unit o SVI (Standard Volume Indicator).
No confundir con el medidor integrado de nuestra mezcladora virtual en un DAW.
Estos hacen una lectura precisa de los niveles picos y no de la percepción del volumen, pero ese es tema para otro momento.
Lo importante a la hora de trabajar con audio es estar al tanto de las diferencias entre los términos revisados anteriormente y así realizar un trabajo con niveles de volumen adecuado para cada necesidad, ¡sin dejar de cuidar nuestros oídos!