Por exploración: tocando, golpeando, poniéndose cosas en la boca
Por experimentación: probando, por ensayo-error
Por repetición: ¡tirando las cosas al suelo una y otra vez!
Por imitación: copiando a aquellos a su alrededor, ya sean adultos u otros niños
Aprenden de y a partir de todo aquello que hay en su entorno inmediato.
Nunca es el aprendizaje tan grande como cuando un adulto está presente.
Es el adulto el encargado de mediar, trasladar y traducir cada estímulo al niño.
El rol del adulto es facilitar al niño la comprensión de su entorno—hacer de vínculo.
Existe cada vez más evidencia mostrando los impactos en desarrollo infantil de interacciones positivas y receptivas con los adultos.
El desarrollo infantil se potencia con la interacción con el adulto cuidador—en el hogar o en el centro de cuidado, donde muchos niños pasan una proporción considerable de su tiempo.
Además, la consistencia—la presencia de un cuidador principal en cada ambiente—da seguridad al niño y refuerza su autoestima.
Atender las señales y seguir sus intereses.
Introducir nuevos conceptos, nombrando todo aquello que haya en el entorno.
Expandir el conocimiento del niño.
Jugar es el principal medio de aprendizaje para el niño, además de una gran diversión.
Reconocer y reforzar los intentos y logros de manera positiva: felicitar al niño con aplausos, con besos, verbalizando su logro y sus intentos, promoviendo así su autoestima y animándolo a seguir aprendiendo.