La autoexigencia y el perfeccionismo muchas veces van de la mano. Es cierto que son muchas las dudas que nos plantea el perfeccionismo y la autoexigencia como modelo relacional. En realidad, con las líneas de vida de las protagonistas de las que te voy a hablar verás ejemplos de autoexigencia: Ana, 24 años, me plantea que: «No sé que hacer con mi vida«. Se refiere que trabaja en una de esas empresas “cárnicas” que no la valoran. Alicia, 40 años, me plantea si su decisión ha sido acertada, a estas alturas no sabe qué hacer con respecto a su vida profesional, le gustaría ser madre.
La gente se queja: «es joven y no está acostumbrada al trabajo duro«. Momentos temporales diferentes, pero creencias similares en mujeres que han marcado su profesión como línea de vida con la que medir sus credenciales y dar significado a quiénes son en base a sus autoexigencias.
En el caso de Ana, yo la interpreto cómo la idealista de vida actual femenina en la que la representación mental se asienta en la idea de desarrollo profesional exitoso como una exigencia asociada a la emoción felicidad. ¡Me habla de liderar!
Una de las exigencias que se planteó al finalizar sus estudios fue ser referente en su sector.
Alicia, plantea la idea del no saber qué hacer porque siente incertidumbre con respecto a su futuro familiar y eso, le quita el sueño. ¿Cómo conciliar?
Y yo conjeturo en cuanto a la idea de vida tradicional en la que la representación mental se basa en función del desarrollo familiar. ¡Me habla de conciliar!
Una de las exigencias que la Educación social le plantea nada más nacer fue ser madre. Segundo plano para una vida profesional y personal para la que realmente no ha sido conducida sino contentada.
Pero sí te puede decir que es importante que valores qué es lo que realmente quieres para ti o qué es una autoexigencia derivada de tu relación con el ambiente en base a tu educación de vida.
Cómo eres y cuánto te aproximas a quién quieres ser es una decisión vital para ti.
Nunca mejor dicho: de vida.
Esta tendencia a idealizar áreas es un fenómeno que socialmente funciona muy bien y por el que tienes que decidir qué precio, estas dispuesta a pagar: autoexigencias vs. realidad.