La pérdida del equilibrio al andar es bastante desagradable, dado que nos hace sentir inseguros y temerosos de sufrir una caída, algo que es bastante desaconsejable, sobre todo llegados a cierta edad.
Estamos ante un problema multifactorial.
Ciertos medicamentos.
Infección del oído.
Una lesión que afecte al oído interno.
La presión arterial baja puede causar mareos, especialmente si la persona se incorpora demasiado rápido.
La artritis o un desequilibrio de los músculos del ojo.
Dicho sentido se pierde con la edad, por eso a las personas mayores les cuesta más esfuerzo mantener el equilibrio, pues sufrimos una merma en las capacidades que lo hacen posible.
La inestabilidad es una falta de estabilidad y seguridad al caminar que puede deberse a causas diversas como alteraciones en el oído interno, daños en las piernas, problemas articulares, musculares o visuales, así como debido a afecciones neurológicas como el Parkinson.
Tampoco debemos descartar la ingesta de medicamentos como el origen de tal problema.
El equilibrio se desarrolla durante los primeros años de vida del individuo, pero a partir de un cierto momento de la vida adulta empieza a perderse de manera gradual.
Dicho sistema se apoya en tres pilares fundamentales para su correcto funcionamiento: el sistema vestibular del oído, la vista y el sistema propioceptivo.
Este último está formado por el cuello, el torso, las articulaciones y los múltiples sensores que tenemos en los pies que se encargan de transmitir señales o impulsos eléctricos al cerebro.