Los recuerdos no se almacenan en una sola parte del cerebro. Se almacenan en diferentes regiones cerebrales interconectadas. Para los recuerdos explícitos, que se refieren a eventos, así como a hechos e información generales, existen tres áreas importantes del cerebro: el hipocampo, la neocorteza y la amígdala. Los recuerdos implícitos, como los recuerdos motores, se ubican en los ganglios basales y el cerebelo. La memoria de trabajo a corto plazo se centra principalmente en la corteza prefrontal. Involucra tres áreas importantes del cerebro: el hipocampo, la neocorteza y la amígdala. El hipocampo, ubicado en el lóbulo temporal del cerebro, es donde se forman los recuerdos episódicos, que son recuerdos autobiográficos de eventos específicos en nuestras vidas. La neocorteza es la parte más grande de la corteza cerebral, y está involucrada en funciones superiores como la percepción sensorial, la generación de comandos motores, el razonamiento espacial y el lenguaje. Con el tiempo, la información de ciertos recuerdos que se almacenan temporalmente en el hipocampo puede transferirse a la neocorteza como conocimiento general. La amígdala, una estructura con forma de almendra en el lóbulo temporal del cerebro, otorga importancia emocional a los recuerdos. La amígdala no solo modifica la fuerza y el contenido emocional de los recuerdos, también juega un papel clave en la formación de nuevos recuerdos específicamente relacionados con el miedo. Hay dos áreas del cerebro involucradas en la memoria implícita: los ganglios basales y el cerebelo. Los ganglios basales son estructuras que se encuentran en lo profundo del cerebro y están involucradas en una amplia gama de procesos como la emoción, el procesamiento de recompensas, la formación de hábitos, el movimiento y el aprendizaje. El cerebelo, una estructura separada ubicada en la base posterior del cerebro, es más importante en el control motor fino, el tipo que nos permite usar palillos chinos o presionar esa tecla del piano un poco más suavemente. La corteza prefrontal es la parte de la neocorteza que se encuentra en la parte frontal del cerebro. Esta área participa en muchas funciones cognitivas complejas. Los estudios de neuroimagen en humanos con imágenes de resonancia magnética muestran que cuando las personas realizan tareas que requieren que retengan información en su memoria a corto plazo, la corteza prefrontal se activa.