Los músculos desarrollan un “recuerdo” molecular duradero de ejercicios de resistencia previos que les ayuda a recuperarse de largos periodos de inactividad.
Después de dos años de COVID-19 y sus perturbaciones a nuestras rutinas de ejercicio, muchos de nosotros podemos sentir que hemos olvidado cómo estar en forma, pero un estudio nuevo y alentador sugiere que nuestros músculos tienen memoria.
En el estudio, los animales que terminaron una rutina de entrenamiento de resistencia para roedores desarrollaron cambios en el ADN de sus músculos que perduraron mucho tiempo después de que dejaron de hacer ejercicio.
Los ratones ganaron masa muscular mucho más rápido que otros animales cuando volvieron a ejercitarse.
Anecdóticamente, las personas dicen cosas como: ‘Yo solía ser deportista, luego me tomé un tiempo de descanso, pero mis músculos volvieron en cuanto volví’ a levantar pesas de nuevo.
Esas historias despertaron su interés y el de otros investigadores.
Se preguntaron cómo es que los músculos “recuerdan” los entrenamientos anteriores y de qué manera esos recuerdos los ayudan a recuperarse después de un tiempo sin ir al gimnasio.
Los científicos sabían que algo sucedía dentro de los propios músculos cuando se ejercitaban, en especial durante el entrenamiento con pesas, y que estos cambios influían en la manera en que los músculos respondían al ejercicio después.
Hasta hace poco, el término “memoria muscular” solía describir nuestra capacidad para andar en bicicleta, esquiar, lanzar a primera base o repetir otras tareas físicas comunes, incluso si no habíamos pedaleado, esquiado o lanzado una pelota de béisbol en años.
Nuestro cuerpo recuerda cómo hacerlo, pero este tipo de memoria, aunque es real, no es una memoria muscular de verdad.
Estos recuerdos existen dentro de las neuronas motoras de nuestro cerebro.