Esta regla financiera se resume en la separación del salario mensual en dos partes: por un lado, el 70% destinado a cubrir gastos esenciales, como los pagos de alquiler, comida, movilidad, servicios, etc., mientras que el 30% restante estará reservado para ahorro, diversión e inversión, otorgando a cada una un 10%.
De acuerdo con este método, uno de los 10% tendrá que ser destinado obligatoriamente al ahorro con el objetivo de que se convierta en una herramienta sostenida en el tiempo que busque ganarle a la inflación y a la devaluación de la divisa.
Se debe resaltar que se recomienda no dejar este monto de ahorro quieto, sino gestionar un fondo o una inversión.
Tenga en cuenta que este dinero podrá ser usado frente a una eventualidad, accidente o pérdida de empleo.
El porcentaje más grande (70%), está destino al consumo o gastos que son necesarios para la vida diaria.
Sin embargo, se debe entender que este método no es estático, sino que se debe adaptar según los cambios de ingresos revisados en el presupuesto mensual.
El otro 20%, se divide en dos: dinero para invertir y para el disfrute, incluyendo, viajes, ocio, eventos culturales o sociales.
Esta estrategia de ahorro entiende que el último factor es importante para la vida social por lo que no lo excluye, pero si lo disminuye para que, al mismo tiempo, ayude a reducir los posibles gastos hormiga.
La regla 70/30 tiene un enfoque sencillo que lo hace accesible para todas las personas.
Entre sus objetivos principales está la acumulación de capital, el crecimiento financiero a largo plazo y la construcción de una seguridad financiera para situaciones inesperadas.