Lo que sí puedes hacer es vigilar los parámetros sobre los que sí tienes control que son cinco: la cantidad que inviertes, el riesgo, el coste, el tiempo y el comportamiento.
La cantidad que inviertes
Primero reúne tu colchón para imprevistos y después invierte.
A efectos prácticos, junta entre 3 y 6 meses de tu salario y guarda ese dinero en liquidez.
El resto es lo que puedes invertir.
El nivel de riesgo
Separar tu colchón para imprevistos ya es una primera medida de control de riesgos.
Mi recomendación personal es ser sincera contigo mismo y asumir un nivel de riesgo que te permita dormir tranquila por la noche sin estar preocupada por tus inversiones.
El horizonte temporal
El tiempo es el tercer elemento que puedes controlar en tus inversiones y es tan importante como tu perfil de riesgo.
Lo que pasa es que rara vez reparamos en él ni en su efecto.
Invertir a largo plazo reduce el riesgo y aumenta la rentabilidad.
Yo no sé que hará mañana la bolsa, pero sí sé que a largo plazo la estadística es clara.
No hay un periodo de 15 años en los que la renta variable haya arrojado pérdidas.
Los costes de la inversión
Quizás el elemento que más puedes controlar en tus inversiones: los costes y comisiones.
Suele decirse que cada euro que ahorras en comisiones es un euro de rentabilidad que ganas.
Y así es.
La rentabilidad de tu inversión puede variar, pero los costes siempre estarán ahí y cuando menores sean mejor, aunque siempre con cabeza.
Tus emociones
Dinero y emociones no casan especialmente bien.
La economía conductual ha descubierto que nuestro cerebro tiende a jugarnos malas pasadas al gestionar nuestras finanzas e invertir.
Controlar tus emociones al invertir nunca es fácil y mucho menos cuando se trata de tu dinero.
Una de las ventajas de tener un asesor financiero es que nosotros sí estamos acostumbrados a hacerlo y podemos ayudarte a evitar ese tipo de errores.
Controla estos 5 aspectos de tu inversión y tendrás mucho ganado para conseguir una buena rentabilidad para tus ahorros.