Para llegar a 50 millones de consumidores, las aerolíneas tardaron 50 años, internet 7 años y “Pokémon Go”, 19 días.
Estamos ante un cambio vertiginoso por tres razones: expectativas de los consumidores que interactúan con compañías nativas digitales (que son cada vez mayores), nuevos competidores que surgen y nuevas tecnologías.
Esto requiere equipos empoderados que producen resultados y agregan valor de manera constante.
Ya no se espera al final del proyecto para tener resultados, sino que se vuelve necesario generar entregables e ir iterando sobre los mismos con equipos multidisciplinarios que trabajan todos juntos, en un mismo espacio, con objetivos bien definidos y alcanzables.
Si no trabajamos con esta metodología ágil, nos quedamos atrás.
Aunque extremadamente desafiante, este funcionamiento es bueno, porque nos obliga a estar en constante crecimiento.
Y a pesar de que la innovación en la que estamos se va haciendo cada vez más difícil, también vamos incorporando más herramientas tecnológicas que nos permiten pensar cosas nuevas.
Desde PwC desarrollamos diversas estrategias para acompañar a nuestros clientes en el proceso hacia la transformación digital, que van desde discernir qué tecnologías tendrán un mayor impacto para cada modelo de negocio, hasta identificar dónde y cómo las inversiones en tecnología apoyan a los objetivos de negocio.
Una muestra de ello es el desarrollo de un campus en el metaverso que nos permitirá experimentar y explorar las posibilidades que nos ofrecerá esta herramienta en el futuro cercano.
Ante el desafío que nos propone esta vorágine digital, las empresas requerirán cada vez más en sus negocios de funciones automatizadas, profesionales capacitados en la toma de decisiones estratégicas que impulsen el desarrollo, en el marco de los ecosistemas existentes y los nuevos por venir.