Lo primero que debemos marcar es la distinción entre eficiencia y eficacia. Eficiencia se refiere a la capacidad de un sistema para completar una tarea o alcanzar un objetivo con el menor desperdicio de recursos posible. Se mide en términos de relación entre los recursos utilizados y los resultados obtenidos, por ejemplo, un software de contactabilidad es eficiente si logra comunicarse con más clientes en menos tiempo. Una buena experiencia de clientes debe ser tan eficaz como eficiente, es decir, lograr comunicarse con el consumidor y contar con las herramientas adecuadas para encontrar una solución a sus problemas en el menor tiempo posible. Características de un servicio al cliente eficiente incluyen trato amable y personalizado, rapidez, asesorar con empatía, disponibilidad y integración. Alta eficiencia significa también alta disponibilidad horaria, lo que implica que si la respuesta tarda mucho tiempo en llegar, la sensación que generamos en el cliente será de desidia y falta de cuidado en el servicio al cliente.