Hacer un presupuesto, y seguirlo, nos permitirá identificar en qué gastamos nuestros ingresos y hacer los ajustes necesarios para lograr nuestros objetivos de corto, medio y largo plazo. Una vez elaborado, es importante comprometerse a seguir y controlar el presupuesto, manteniendo un balance adecuado entre ingresos y gastos, evitando que estos superen a los anteriores. Con un presupuesto, podremos llevar un control de ingresos y gastos, para no desviarnos. Saber en qué se nos va el dinero, pudiendo actuar, por ejemplo, sobre los gastos hormiga. Priorizar unos gastos sobre otros. Reducir o amortizar deudas. Asignar dinero para un fondo de imprevistos. Ahorrar mensualmente una parte de nuestros ingresos. Vivir de acuerdo a nuestras posibilidades. Esto aporta una tranquilidad que facilita nuestro bienestar. Hacer previsiones de futuro. Sé sincero contigo mismo, sobre lo que gastas cada mes. Involucra a tu pareja o familia en el presupuesto. Clasifica, ordena y guarda la información metódicamente. Busca un sistema para hacer un seguimiento de los gastos, que resulte cómodo y sencillo. Comprueba regularmente los movimientos de tus cuentas, recibos domiciliados y resúmenes de tarjetas de crédito. Controla regularmente tu presupuesto. Tener los apuntes de ingresos y gastos permite prever cuándo necesitarás utilizar fondos adicionales procedentes del ahorro o de préstamos, e identificar qué gastos podrías reducir o aplazar hasta un momento de mayor desahogo económico.