Una buena postura: Es uno de los factores más importantes de prevención a la hora de cuidar esta delicada zona del cuerpo, pues nos ayudará a evitar sobrecargar el peso en ellos.
Realizar ejercicios con precaución: Cuando realizamos un deporte, un entrenamiento o una disciplina, debemos ser muy rigurosos a la hora de exigirnos.
Controla el peso sobre tus hombros: No levantes demasiado peso si no estás acostumbrado, así evitarás el peligro de lesiones y accidentes.
Incorpora mayor complejidad a tu entrenamiento de forma gradual.
Calienta: Es muy importante que no olvides este paso para evitar accidentes y molestias post entrenamiento.
Realiza los movimientos de forma completa: Es muy importante que completes cada movimiento para evitar que tus hombros se resientan.
Estos deben ser sencillos y suaves.
Estiramientos: Al igual que calentar, estirar es una parte fundamental de tu entrenamiento, así que no olvides este paso para evitar complicaciones y aliviar las zonas de tensión.
Masajea tus hombros: Puedes ir donde un masoterapeuta profesional o aprender a realizarte pequeños masajes al final de día.
Procura que estos sean movimientos lentos y suaves.
Aplica calor: Ya sea con un paño caliente, una almohadilla de semillas o una ducha templada, aplicar calor en las zonas tensionadas suele ser muy beneficioso.
No dejes de consultar a un profesional Como te comentábamos más arriba, algunas afecciones en los hombros pueden ser de gran complejidad, como por ejemplo una tendinitis crónica o la patología del manguito rotador.
Consulta a un especialista si presentas uno o más de estos síntomas: Dolor durante el movimiento de la articulación del hombro que limite tus movimientos.
Dolor al palpar la zona
Falta de fuerza derivada de molestias en la zona
Molestias y dolor nocturno
Dificultad para llevar a cabo actividades de la vida diaria como levantar los brazos, escribir en el computador, vestirse, peinarse, etc.