Debemos tener en cuenta que si nuestro objetivo principal es correr por encima de cualquier otra actividad física, debemos escoger a quien haya estudiado para ser entrenador. Un profesor de educación física y entrenador es el ideal. Un plan de entrenamiento lo puede conseguir cualquiera, pero entender los motivos de cada una de las partes de dicho plan requiere conocimientos y estudio.
Hay que elegir un entrenador que sepa adaptar el plan a cada corredor, que sepa qué tipo de corredor somos y nos haga los ajustes adecuados. Muchas veces elegimos un entrenador por recomendación o referencias y es correcto hacerlo. A eso deberá agregar el conocer un poco a quienes entrenan con él, qué clase de corredores son y en que carreras han participado.
Es importante que, además de saber de running, conozca de pedagogía y que tenga un trato educado y amable con sus alumnos. Hay que tener mucho cuidado con los entrenadores que le dan a los aficionados planes para atletas profesionales. Un buen entrenador para un aficionado es aquel que lo entrene para que siempre tenga ganas de seguir corriendo, no para que corra bien solo un año.
Hay que elegir un entrenador que sepa adaptar el plan a cada corredor, que sepa qué tipo de corredor somos y nos haga los ajustes adecuados. A veces el entrenador adecuado tiene que ver como una cuestión de carácter o estilo. Sepan elegir ese aspecto también.
Un entrenador se encarga de nuestro plan. Confiar en el entrenador es importante, elegir uno que no lesione a sus atletas, saber que el plan que ha construido es lo mejor para nosotros. La confianza es algo muy importante y por eso también debemos elegir un entrenador en el cual podamos confiar y a la vez sentir que él confía en nosotros.