Conoce tu cuerpo y las señales de alerta, tienes que conocer tu cuerpo y saber hasta dónde eres capaz de entrenar. Los entrenadores han descubierto que una vez que la capacidad de los atletas para manejar la intensidad desaparece, ya no progresan, se lesionan o se enferman. El sobreentrenamiento no previene la pérdida de masa muscular y los síntomas no aparecen repentinamente. Planifica un día de descanso a la semana, cuanto más entrenas, más estrés pones en tu cuerpo y mayor es el riesgo de sobreentrenamiento. De hecho, después de un esfuerzo, tus músculos y articulaciones necesitan recuperarse, regenerarse y desarrollarse. Mantenga un registro de entrenamiento, el registro de entrenamiento te permitirá realizar un seguimiento de lo que has estado haciendo cada semana, con el contenido de tus sesiones y su duración. Escucha a tu cuerpo, es importante ser sincero consigo mismo, cuando ya no pueda, es mejor parar o reducir, antes de notar los síntomas del burnout. Dormir es clave, después de haber vaciado todos sus recursos del cuerpo, tu cuerpo necesita una buena noche de sueño para recargarse. El equilibrio entre deporte y sueño es fundamental porque uno favorece al otro.