La respiración es una de las mejores herramientas de las que disponemos para relajarnos.
Debemos tomar aire siempre por la nariz.
De inicio puedes realizar alguna respiración profunda exhalando por la boca dos o tres veces para soltar la tensión inicial.
A partir de ahí, es mejor inhalar y exhalar por la nariz.
El mero hecho de respirar lentamente, dejar que el aire entre y salga poco a poco por la nariz, ya relaja nuestro sistema nervioso.
Tenga en cuenta, que cuando aplicamos una técnica respiratoria, nuestra mente está atenta a la técnica que estamos realizando y no a los pensamientos negativos que solemos tener cuando estamos nerviosos, ansiosos y/o estresados, y esto tiene un efecto calmante sobre nuestra mente que se va centrando en el presente y no en el pasado o futuro.
Vamos a ver algunas de las técnicas respiratorias que pueden ayudarle a entrar en un estado de calma o al menos a sentirse más relajado.
La respiración abdominal nos ayuda a desactivar nuestro sistema nervioso simpático y activar el parasimpático.
Recuerde intentar respirar en cualquiera de ellas, y por lo general en la vida, de la forma más lenta que puedas pero sintiendote cómoda.