La memoria, esa capacidad de almacenar y recuperar información, es clave no solo para recordar, sino también para aprender, tomar decisiones y comunicarnos.
Con el paso del tiempo, es común que esta habilidad se vea afectada.
Ante la preocupación por el deterioro cognitivo, el Centro de Neurología Avanzada entregó cinco recomendaciones respaldadas por la neurociencia para mejorar la memoria en cualquier etapa de la vida.
Las sugerencias se basan en hábitos simples, pero efectivos, para mantener el cerebro activo y funcional.
Estas actividades ayudan a crear nuevas conexiones neuronales, lo que potencia la capacidad de recordar y de adaptarse a nuevas situaciones.
El aislamiento puede propiciar el estrés y la depresión, dos factores que aceleran el deterioro cognitivo.
Compartir con amigos, participar en actividades grupales o asistir a reuniones familiares contribuye a mantener la agilidad mental.
Tener un espacio ordenado ayuda a que también lo esté la mente.
El CNA recomienda asignar lugares fijos para los objetos, anotar tareas y verbalizar lo que se debe hacer.
Leer diariamente no solo amplía el vocabulario o la imaginación, sino que también estimula la atención y el procesamiento de información.
Según el CNA, todos estos efectos positivos se traducen en una mejor memoria, por lo que incorporar libros, artículos o incluso cómics en la rutina puede tener un impacto duradero.
Dormir bien, mantener una dieta equilibrada y controlar enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión también influyen en la memoria.