Escuchar es ‘procesar’ lo que oímos, valorarlo y tenerlo en cuenta.
Y si eres el jefe de ese equipo, escuchar es aún más importante si cabe.
Escuchando se encuentran soluciones, se identifican incidencias, se analiza, se aporta.
Es, en definitiva, fundamental.
La otra es la emisión de información, y eso hay que fomentarlo.
No nos podemos guardar información, hay que compartirla para que cada uno sepa y pueda hacer bien su trabajo.
Imaginad que en un restaurante, el camarero no transmite en cocina lo que le han pedido.
Será imposible que el trabajo salga bien.
Por tanto habrá que favorecer los canales de comunicación, fomentarlos, y por ejemplo tener siempre teléfonos abiertos, correos a punto y sobre todo, disponibilidad.
Hay que intentar que sea una decisión del grupo, no de unos pocos o, lo que sería peor, de uno solo.
Hay que definir qué identifica a tus equipos, fijar valores y hacer que cada miembro sea consciente de su impacto en el equipo.
En todo equipo debe haber un líder, un jefe o responsable, llamémosle como queramos.
Ese responsable está para asumir o tomar decisiones pero debe formar parte de la maquinaria.
El buen líder trabaja, no está para mirar y dar órdenes desde su atalaya.
Tiene que bajar al barro.
Olvida los sentimientos Habrá ocasiones en que dentro de tu equipo habrá compañeros que no te agraden.
No te preocupes, es algo habitual, no podemos caernos todos bien entre todos.
Debes ser capaz de aparcar tus juicios y sentimientos a un lado para poder trabajar en equipo, hay cosas que nunca podrás cambiar, pero sí puedes cambiar tu forma de relacionarte con esas personas.
El objetivo es encontrar el modo de llegar a acuerdos para lograr cumplir los objetivos comunes.
En un equipo, todas las piezas son importantes porque la ausencia de una implicaría que el resultado no sería el mismo, sería peor.
El trabajo es de todas las personas, aunque trabajen en distintas áreas y no dediquen el mismo tiempo en su cometido.
En este caso es muy importante la forma de hablar.
El objetivo es que los integrantes del equipo en lugar de decir ‘mi equipo’ digan ‘nuestro equipo’.
Es un matiz, pero importante.
Como todo, algo en este proceso podría salir mal y por eso tendríamos que tener preparado un ‘plan b’.
Es frecuente que cuando surgen problemas inesperados, el equipo se resienta.
Para ello tenemos que tener preparado ese ‘plan b’ que permitirá que a pesar de los obstáculos que vayan surgiendo, el equipo se mantendrá compacto, enfocado y motivado.