El silenciador es un tubo que puede estar diseñado con distintas formas y tiene como misión suavizar el ruido producido por los gases de escape.
La función del silenciador es reducir el volumen de todas las frecuencias que generan los gases, tanto los sonidos de baja frecuencia, como los de media y alta.
Para conseguir esa reducción de volumen, en su interior hay una serie de tubos perforados y cámaras que consiguen que los gases tengan una presión y una velocidad menor.
Esa reducción de presión, a medida que los gases avanzan por el silenciador, provoca una bajada del volumen, de ahí su nombre.
Existe diferentes tipos de silenciadores: silenciador de escape de absorción, de expansión, de interferencia…
Cada uno tiene sus métodos para absorber el ruido generado por el motor como el uso de lana de vidrio o mineral como aislante, o la instalación de placas perforadas, entre otras soluciones.
El resonador es un tubo cilíndrico de acero hueco que se suele colocar junto al silenciador, por tanto, son elementos distintos y no hay que confundirlos.
El resonador del coche es otro elemento que se encarga de minimizar el sonido de los gases que previamente se han filtrado a través del silenciador.
Además, tiene otra función: cambiar el tono del volumen de los gases que viajan hasta la salida del tubo de escape.
La diferencia principal entre el resonador del tubo de escape y el silenciador es que, mientras que el segundo reduce todas las frecuencias, el primero sólo se centra en anular un rango concreto de frecuencias.
Ese rango suele ser el de las frecuencias medias, ya que son las que más se van a generar cuando circulas con un coche.
Si un coche lleva instalado un resonador, normalmente también tiene un silenciador.