La distancia al gatillo se mide desde el centro de la cantonera y ésta es la misma para cualquier arma que posea el cazador. La culata es el nexo entre el rifle y el tirador y se debe adaptar a cada uno: al rifle en lo funcional y al cazador en su ergonomía y estética. Disparar con rapidez y precisión necesita de un encare del arma en las mismas condiciones; esto sólo se consigue si el rifle va automáticamente a su posición cuando el cazador lo levanta, y para ello deben estar perfectamente reguladas dos dimensiones: la distancia al gatillo y la caída. La culata incide sobre gran parte del retroceso. La culata tiene incidencia sobre la velocidad de encare, la precisión, la pegada del retroceso, el peso, el balance, la repetición y varias cosas más o menos importantes. Es importante considerar el tipo de arma, ya que estas dimensiones son diferentes si se trata de escopeta o rifle, incluso para un mismo cazador. Así, la culata redirige esto hacia abajo a través de la empuñadura y la caída, descomponiendo la fuerza en dos direcciones: una, que conserva la mayor parte de la energía en línea recta, y otra más suave inclinada hacia abajo hasta el hombro. Al disparar, el empuje va recto hacia atrás por cañón y mecanismo, pero esto en el hombro es desagradable. También se denomina así a la parte posterior de fusiles y escopetas que se apoya en el hombro del tirador para minimizar los efectos de la fuerza de retroceso al ser disparada el arma.