Los contratiempos logísticos, por ejemplo, el transporte y la indumentaria, o llegar a hora, son cosas que, si salen mal, generan una gran ansiedad.
Eliminar esto como una fuente potencial de nervios es una tarea facil.
Las preocupaciones sobre cómo te desempeñarás en comparación con tus rivales o las expectativas de los demás pueden ser debilitantes.
Pero lo único que puedes hacer es dar lo mejor de vos, sea cual sea el nivel en ese día.
Si das el 100% pase lo que pase, puedes marcharte sabiendo que no podrías haberlo hecho mejor, independientemente del resultado.
Concentrarse en esto es una buena estrategia para disipar las ansiedades sobre las comparaciones con otros competidores.
También puede ayudar dedicarle unos momentos a visualizarte a vos mismo realizando una buena actuación.
Inmediatamente antes de un competencia, el descanso es vital.
Así que resistí la tentación de entrenar más, esperando que una sesión de entrenamiento final ayude el día de la competencia.
El entrenamiento toma un tiempo para hacer efecto y es más probable que un esfuerzo de último momento te canse más de lo que te pueda ayudar.
Si descansas bien, es más probable que te desempeñes bien.
Los objetivos se pueden ajustar durante un evento, no es necesario que sean fijos.
Encontrar una actividad absorbente como leer un libro apasionante o ver una película emocionante evitará que pienses demasiado en el evento, o que te preocupes demasiado.
Actividades como estas pueden ser mentalmente refrescantes y llevarte a la línea de partida sintiéndote más relajado y listo para producir un esfuerzo físico bueno.
La actitud humana de pelear o huir significa que tenemos momentos altos y bajos en nuestros estados de preparación para cualquier desafío importante.
Para estar en tu mejor forma, debes darte tiempo y espacio para los momentos en baja, es decir, para descansar y descomprimir.
Por lo tanto, además de aprender a controlar los nervios antes de una competencia, siempre tomate un tiempo para descansar bien para recargar energías.