Una desventaja de correr de noche es la posible alteración del sueño. El ejercicio aumenta la frecuencia cardíaca, la adrenalina, la noradrenalina y las endorfinas, en especial durante un ejercicio largo o intenso. Aunque las endorfinas, en particular, te hacen sentir bien, estimulan el cerebro e interfieren con el proceso del sueño. El ejercicio nocturno también puede modificar los ciclos de sueño. Un metaanálisis publicado en una edición de 2021 de Sleep Medicine Reviews concluyó que el ejercicio intenso, como las carreras con ritmo o los entrenamientos de velocidad, antes de ir a dormir reducen el sueño REM, la etapa más restauradora, lo que lleva a una menor calidad de sueño. El sueño de calidad es básico para recuperarse del ejercicio, según los estudios, pues el sueño inadecuado fomenta la inflamación que obstruye la reparación muscular, el almacenamiento muscular de glucógeno y el rendimiento cognitivo del día siguiente. Otros estudios indican que la privación del sueño afecta negativamente el rendimiento deportivo pues afecta los procesos vitales de recuperación muscular después de un entrenamiento. Pon atención en cómo correr de noche afecta tu capacidad de lograr un sueño de calidad. Si notas que tienes mucha energía antes de dormir o al despertar sientes que no descansaste, sal a correr más temprano de ser posible. Pero sobre todo, si tienes problemas para dormir, habla con tu doctor para encontrar una solución.