Un patrón, en términos de diseño gráfico, puede describirse como una disposición repetitiva y reconocible de elementos o formas que crean una estructura visual. Estos elementos pueden ser de cualquier tipo, como formas geométricas, imágenes, líneas o colores, y cuando se organizan en un determinado formato o secuencia, crean un modelo reconocible. Los patrones regulares, a menudo también conocidos como patrones geométricos, se forman mediante la repetición de formas geométricas como cuadrados, triángulos, círculos, etc. Los ejemplos más comunes incluyen el clásico motivo de cuadros o el patrón de rayas. Por ejemplo, un patrón basado en salpicaduras de agua o manchas de tinta se consideraría irregular. Un ejemplo sería un estampado floral con detalles intrincados y variaciones de color. Burberry: su patrón de cuadros se ha convertido en sinónimo de la marca y se utiliza en diversos productos, desde moda hasta accesorios. Louis Vuitton: su monograma, compuesto por las iniciales LV y formas geométricas, es fácilmente reconocible en todo el mundo. Adidas: las tres rayas se han convertido en un patrón identificativo de la marca, presente en zapatillas, ropa y otros productos.