Un patrón en la vida se refiere a la tendencia a repetir experiencias, conductas o situaciones de manera continua, como resultado de factores biológicos, creencias y mandatos profundos, o aquello que no se ha digerido psíquicamente.
Podemos ver estos patrones en nuestras elecciones de pareja -cuando nos sentimos atraídas por un mismo tipo de persona que siempre tiene las mismas conductas-.
También podemos ver patrones repetitivos en situaciones económicas y/o laborales: Puede que nunca consigamos trabajos en los que somos valorados o que siempre tengamos jefes agresivos.
También hay patrones repetitivos relacionados a hábitos.
Repetir una y otra vez los patrones.
Repetimos porque incorporamos un sistema de creencias y de modos de hacer las cosas que están por debajo de nuestra consciencia, que no hicimos conscientes, y que guían nuestras acciones.
Repetimos aquello que no pudimos digerir psíquicamente hablando.
Repetimos aquello que quedó sin simbolizar, que no encontró palabras.
Esto no es algo sólo de los psicoanalistas.
Repetimos nuestras creencias
Cuando somos pequeños/as, tendemos a funcionar como si fuéramos una grabadora del clima familiar.
Es ahí cuando muchos de los patrones de papá y/o mamá pasan a ser nuestros: los interiorizamos, y los repetimos, muchos veces sin siquiera darnos cuenta.
Repetimos patrones de lo que no elaboramos.
Lo traumático insiste, se repite, porque hay algo que no fue solucionado.
Entonces, sigue apareciendo hasta que lo resuelvas.
Y si no lo resuelves, seguirá apareciendo, de manera cada vez más intensa, para que lo mires y por fin, lo soluciones.
Lo sanes.