Un patrón, en términos de diseño gráfico, puede describirse como una disposición repetitiva y reconocible de elementos o formas que crean una estructura visual. Estos elementos pueden ser de cualquier tipo, como formas geométricas, imágenes, líneas o colores, y cuando se organizan en un determinado formato o secuencia, crean un modelo reconocible.
En el amplio mundo del diseño, existen diferentes tipos de patrones, que pueden variar según la complejidad, el método de creación y el estilo. Los patrones regulares, a menudo también conocidos como patrones geométricos, se forman mediante la repetición de formas geométricas como cuadrados, triángulos, círculos, etc. Los patrones irregulares, por otro lado, no siguen una secuencia o estructura específica y pueden estar formados por la combinación de varios elementos de forma aleatoria o espontánea. Los patrones complejos son una fusión de diferentes estilos y técnicas.
El uso eficaz de patrones puede mejorar enormemente el diseño de un proyecto, añadiendo textura e interés visual, y pueden ser utilizados como fondo para sitios web, tarjetas de visita o pósteres. Los patrones también se pueden integrar como parte de un logotipo, una ilustración o cualquier otro elemento de diseño, y son excelentes para imprimir en telas, papel pintado, etc. Un patrón complejo puede ser equilibrado con espacios vacíos o con elementos de diseño más simples.