Si dejas de entrenar por un tiempo de dos a tres días, no pasa nada, no hay efectos negativos. De hecho, es saludable para el cuerpo descansar, pues es la mejor forma de evitar lesiones y sobrecargas musculares. Incluso hacer un parón de una semana, podría no tener efectos negativos en absoluto, o bien, podrían ser muy mínimos. Después de quince días sin entrenar, es cuando se comienzan a notar pérdidas y efecto negativos. Se podría decir que no son efectos tan negativos, pero ya son notables. Después de un mes de inactividad física, las pérdidas son aún más evidentes. Si el tiempo de inactividad es de un mes o más, las consecuencias negativas para el cuerpo son aún más críticas.
Después de quince días de descanso, es posible recuperar la forma física previa, pues no es una temporada de inactividad tan larga. Recuperar la forma física después de un mes de inactividad es difícil, pero no imposible. Después de treinta días, no podrás entrenar con la misma intensidad con la que lo hacías anteriormente, será necesario comenzar poco a poco, subiendo la exigencia paulatinamente hasta que el cuerpo se vuelva a acostumbrar.
Dejar de entrenar también afecta a la mente, no solo al cuerpo. Si interrumpimos un estilo de vida activo y entramos en la inactividad prolongada, el estado de ánimo y la motivación podrían verse afectados. Es muy común que los atletas comiencen a sentirse tristes o en depresión, lo que también los podría llevar a empeorar aún más sus hábitos.