La supercompensación es, de hecho, el proceso de adaptación del organismo a un estímulo de entrenamiento. Para realizar un entrenamiento óptimo, el estímulo debe superar un determinado umbral. En la práctica, el estímulo de entrenamiento debe ser creciente y variado, ya que si las cargas de entrenamiento permanecen constantes durante un largo período de tiempo, pierden su eficacia para aumentar el rendimiento. La supercompensación, por tanto, es la fase anabólica que el organismo pone en marcha tras una determinada carga de trabajo después del proceso de recuperación, el cual sigue siendo muy valioso para aumentar el umbral. Hay que respetar el tiempo necesario para la regeneración de los distintos sistemas biológicos. Es importante entender que mientras entrenamos solo estamos en la primera parte del proceso, la mejora solo se producirá una vez que hayamos terminado, dando lugar a la posterior fase de recuperación. En esta fase, es fundamental adoptar todas las medidas que puedan favorecerla, como: los procesos de desinflamación, masajes, una dieta adecuada, estiramientos, yoga y ejercicios de relajación. Todo esto ayudará a reducir el tiempo necesario para la recuperación y ayudará al proceso de supercompensación. La supercompensación es un estado de aumento de la capacidad energética, es decir, un aumento de la capacidad de rendimiento deportivo.