El principio de supercompensación se refiere principalmente al equilibrio entre entrenamiento y recuperación, que se mantiene durante dos o tres días y que es esencial para entender el proceso de entrenamiento.
El principio de supercompensación se basa principalmente en un estímulo, en este caso la carga física, que rompe el equilibrio en el que se encuentra el cuerpo, llamada homeostasis.
El cuerpo tiende a buscar mantener el equilibrio.
Si se produce un estímulo suficientemente estresante, se produce la fatiga, lo que haría bajar el nivel de rendimiento si hablamos de deporte.
La tendencia del cuerpo a mantener el equilibrio hace que se produzca una compensación, en la que, si el estímulo ha sido suficiente, a veces produce que el rendimiento supere el nivel inicial, lo que se conoce como supercompensación.
Una vez hemos llegado a un nivel de rendimiento más alto que el nivel inicial, sino se produce otro estímulo, esta mejora se perderá, efecto conocido como desentrenamiento.
Entender este principio es muy importante para mejorar el rendimiento deportivo, puesto que, si esta supercompensación no se diera, no existía ninguna mejora.
Este principio también está ligado al principio de recuperación, ya que es necesario que se produzca una recuperación de la fatiga a la que hemos expuesto al organismo para que exista supercompensación.
El entrenamiento se basa en aplicar los estímulos correctos antes de que se produzca el desentrenamiento, y así aprovechar la supercompensación de cada estímulo o entrenamiento.
Hay que ajustar muy bien el entrenamiento, puesto que si el cuerpo no recupera correctamente, se puede dar el efecto contrario.
Al no recuperar el rendimiento bajará, lo que conocemos como sobreentrenamiento.