La técnica del tiro con arco implica una serie de movimientos y posturas que permiten al arquero disparar una flecha con precisión y potencia.
La postura y la alineación corporal son fundamentales en el tiro con arco.
El arquero debe mantener una postura estable y equilibrada, con los pies separados a la anchura de los hombros y el peso distribuido de manera uniforme.
El cuerpo debe estar alineado con el objetivo, con los hombros relajados y la columna vertebral recta.
La posición de los brazos también es crucial en la técnica del tiro con arco.
El brazo de arco, que sostiene el arco, debe estar extendido y firme, mientras que el brazo de la cuerda, que tira de la cuerda hacia atrás, debe estar ligeramente flexionado.
El anclaje es el punto en el que el arquero detiene la cuerda en su rostro, cerca de la mejilla o la mandíbula.
La suelta es el momento en el que el arquero libera la cuerda y permite que la flecha sea impulsada hacia el objetivo.
Es esencial que la suelta sea suave y controlada, sin movimientos bruscos que puedan afectar la trayectoria de la flecha.