Antes de pasar a definir tu rutina de ejercicios semanal, es fundamental tener en cuenta tres aspectos que van a condicionar el tipo de ejercicios a realizar.
Estos son: Objetivos, las circunstancias personales y la condición física.
En nuestro ejemplo de rutina de entrenamiento semanal estableceremos como días de entrenamiento lunes, martes, jueves, viernes y sábado.
Con tipo de entrenamiento, nos referimos a los músculos que se van a trabajar cada jornada, así como el tipo de ejercicios a realizar.
Por ejemplo, una buena forma de empezar la semana de entrenamiento podría ser con ejercicios cardiovasculares.
Los días posteriores se podrían enfocar en un entrenamiento de fuerza.
En cuanto a los grupos musculares, los entrenamientos deben contemplar la totalidad del cuerpo.
Incluyendo, por ejemplo, bíceps, tríceps, hombros, isquios, glúteos y abdominales.
En nuestro ejemplo de rutina de entrenamiento semanal hemos propuesto dos días de descanso los miércoles y los domingos.
No obstante, si estás comenzando, podrías descansar y entrenar días alternos.
Así el cuerpo se acostumbrará poco a poco.
Sea como sea, el descanso entre ejercicio y ejercicio es de vital importancia.
Sobrecargar el cuerpo, o realizar esfuerzos de más, puede provocar lesiones o cansancio extremo.