Despierta y Respira: Dedica todos los días 10 minutos a despertar tu cuerpo, sólo son 10 minutos los que tienes que adelantar tu despertador, y los beneficios que obtendrás te duraran todo el día. Estira todos tus músculos de forma controlada y sin forzar, y con los ojos cerrados haz 10 respiraciones lentas y profundas intentando hacer que el aire llene toda la capacidad de tus pulmones.
Organización: La manera de estar relajado, mantener el control y llevar a cabo tus tareas diarias, sólo depende de tu capacidad para organizar tú día a día.
Aunque hay quien no está de acuerdo, hacer una lista de tareas diarias es imprescindible para mantener a raya tu estrés, pero ¡OJO!
Haz la lista de tareas que puedas cumplir, se realista, no pretendas querer hacerlo todo en el mismo día porque no lo conseguirás y crearas frustraciones innecesarias, alinea tu lista de tarea como ya te he explicado otras veces, en urgentes e importantes y distribúyelas a lo largo de tu semana.
Imprescindible hazlo antes de acostarte, para liberar tu cerebro y dormir relajadamente.
Tu tiempo: En esa lista de tareas siempre y digo SIEMPRE tienes que tener un tiempo para ti, bien sea para ir al gimnasio, salir a caminar, disfrutar de un baño, tomar un café con algún amigo/a, estar en familia, algo que te haga sentir confortable, que ayude a liberar la acumulación de energía negativa, y no hay excusas, no me digas que no tienes tiempo, organiza tu lista metiendo en ella ese tiempo para ti, ¡elige tu tiempo para equilibrarte emocionalmente!
Sonríe: Con ganas o sin ellas, porque de lo que te hablo es de la sonrisa consciente, de la que haces porque sabes con certeza que con ese gesto estas enviando la orden a tu cerebro para que empiece a generar endorfinas, y sabes que estos neurotransmisores son la llave de tu equilibrio emocional, y tu tienes esa llave en la mano, ¡descúbrelo!
Porque te aseguro que funcionan, y como bien sabes, para que algo realmente tenga resultados, tienes que practicarlo todos los días hasta convertirlo en un hábito, en una rutina que no te cueste hacer, que lo hagas sin siquiera ser consciente de que lo estás haciendo.