En psicología, la regresión es un concepto que se refiere a la realización de conductas que, por el marco evolutivo y del desarrollo del individuo, ya se habían superado. Es decir, comportarse de forma infantil teniendo una edad que no corresponde con dichas conductas. En sí, son estrategias destinadas a proteger nuestro organismo de aquello que nos parece demasiado doloroso o inaceptable y tratar de disminuir la intensidad de cualquier sentimiento negativo, desagradable o amenazante. Normalmente se producen cuando el niño ha sufrido un gran cambio en su vida, ya sea por empezar el curso preescolar, el nacimiento de un nuevo hermano, un acontecimiento en la situación familiar, etc. Es decir, un estresor ambiental que signifique un gran cambio para él.
Es un proceso normal, ya que es una respuesta evolutiva que tiene que ver con un momento nuevo y extraño de su vida. A pesar de que la regresión ayuda a reducir los niveles de estrés, un uso habitual y prolongado de este mecanismo de defensa puede traer problemas de ajuste en la vida cotidiana.