Un holograma es una imagen virtual en tres dimensiones obtenida a partir del uso de la luz.
Esta imagen virtual se genera gracias a la interferencia generada por rayos luminosos de referencia y la luz reflejada por el objeto que se desea holografiar sobre una base sensible.
Gracias al uso de la reflexión de la luz, el cerebro puede visualizar el objeto en su forma tridimensional.
La holografía o visión gráfica es una técnica avanzada de la óptica, que usa la luz mediante dispositivos láser, para generar imágenes que parezcan reales.
Hay distintos tipos de hologramas, pudiendo ser principalmente estáticos o animados.
Gracias a su versatilidad, han ganado peso en sectores como el comercial gracias al enorme impacto visual que generan.
En otros ámbitos como el de la sanidad también son una herramienta útil, ya que gracias a los hologramas en 3D, los profesionales sanitarios pueden analizar y valorar diagnósticos clínicos sin poner en riesgo a los pacientes.
En el ámbito de la educación sucede lo mismo, estas imágenes de gran impacto ayudan a captar la atención del alumnado permitiéndole conocer de manera más efectiva un amplio número de materias.
Implantar nuevas tecnologías como la holografía implica un posicionamiento competitivo, mejora la imagen de marca y aporta valor.
Esta técnica aumenta el recuerdo de experiencia al usuario, una forma eficaz de satisfacer a los clientes y conseguir mayores ingresos.
Además, su uso es sencillo ya que los hologramas en 3D no necesariamente dependen de la utilización de gafas de realidad aumentada e, incluso, con la suma de otras tecnologías como la Inteligencia Artificial, es posible llegar a tener experiencias mucho más desarrolladas como la telepresencia holográfica.
Esta última permite, gracias al uso de dispositivos como gafas de realidad aumentada, tener reuniones en remoto que parezcan reales, aunque cada participante esté a miles de kilómetros.