El diseño holográfico combina arte y tecnología para crear imágenes tridimensionales que parecen flotar en el espacio. Esto es posible gracias a principios físicos como la interferencia de la luz, un fenómeno que permite capturar y proyectar imágenes de tal forma que engañen a nuestros ojos y nuestro cerebro, generando una falsa percepción de profundidad.
Llamamos holograma a una representación tridimensional de un objeto obtenida mediante técnicas avanzadas de manipulación de la luz. Un holograma es el resultado de combinar dos haces de luz: uno que ilumina el objeto y otro que actúa como referencia.
Mediante este proceso, llamado interferencia de luz, se logra un patrón único que almacena toda la información del objeto, incluidos sus detalles de profundidad y textura.
Crear un holograma profesional requiere equipos especializados, pero es posible hacer versiones más sencillas con recursos básicos.
El proceso incluye los siguientes pasos: Preparar el objeto y el entorno, usar un rayo láser, reproducir el holograma.
Una vez grabado, el patrón de interferencia se proyecta para generar la imagen tridimensional.
La holografía es la ciencia detrás de la creación de hologramas y se basa en la manipulación precisa de la luz.
Para trabajar en este campo, es necesario tener conocimientos técnicos sobre óptica y láser, así como habilidades creativas propias del diseño gráfico.