Divide el tiempo en diferentes periodos. Es la base. Dividir tu jornada en periodos de concentración, definiendo qué tiempo le vamos a dedicar a la prelectura, a la toma de apuntes o a la creación de mapas mentales. Pero, sobre todo, hacerlo en función de nuestra capacidad de concentración. Si sabemos que a mitad de mañana nos es más fácil mantener la concentración podemos alargar estos periodos, o, al contrario, acortarlos cuando sospechamos que nos va a costar más mantener la atención por un periodo demasiado prolongado. Aunque en general, se recomienda descansar al menos 5 minutos cada hora u hora y media. Asigna cada unidad de tiempo a una función. La idea es que cuando concluya un periodo hayas completado una o varias tareas. Puede ser leer y subrayar un tema, hacer un mapa mental, grabarte declamando o repasar unidades anteriores. Decide con qué empezar y con qué terminar. Y en este caso no importa tanto cuál sea tu decisión, como el hecho de que lo hayas previsto con anterioridad. Es decir, lo que debemos evitar es la improvisación. Pero si nos lo permites, te damos también un consejo en este sentido. Y es empezar y terminar con una tarea suave. Te prepara, te mete en materia y te permite ir concentrándote poco a poco. Ya que pasar de una situación de relax a una de máxima concentración en segundos es siempre más difícil. Aprovecha los descansos. E insistimos, si se trata de descansos activos, mucho mejor. Porque, aunque no lo parezca, distraernos nos ayuda más de lo que creemos a fijar la información en la que hemos estado sumergidos previamente. Para que te hagas una idea de su importancia, varias instituciones educativas han empezado a plantear la posibilidad del descanso activo entre clases y durante el confinamiento los expertos han insistido en la gestión del descanso como un factor clave para un buen aprendizaje. Nos dicen que es bueno parar, al menos, durante 5 o 10 minutos cada hora. Hay quien necesita desconectar un ratito cada 25 minutos y quien no lo necesita hasta pasadas dos horas. Pero recuerda, nuestro cerebro, en general, empieza a perder capacidad de concentración a los 30 minutos de estar realizando una actividad de forma continuada. Y ¿Qué hacer durante esos periodos? Pues solo depende de ti, pero nosotros te proponemos desde bailar hasta hacer ejercicio, pasando por pasar un buen rato con tu mascotas.