El tiro deportivo es uno de esos deportes poco conocidos.
Se trata de un deporte muy especial y no está destinado únicamente a jóvenes y hombres, como se suele pensar.
Todos podemos participar sin distinciones de sexo, género o edad.
Consiste en realizar los disparos más precisos posibles en un objetivo con la ayuda de un arma, de fuego o de aire comprimido, para obtener un máximo de puntos.
Dependiendo de la disciplina elegida, los disparos se pueden hacer con rifles, pistolas, carabinas y se establecen diferentes distancias con respecto a un blanco específico.
El tiro deportivo requiere de formación y disciplina, siendo de uso obligatorio un equipo de protección personal, gafas protectoras y elementos de protección auditiva.
El tiro deportivo se puede practicar en cualquier club de tiro, previa inscripción.
Sin embargo, también existe a nivel olímpico como «Tiro Olímpico», en el que se establecen diferentes modalidades masculinas y femeninas que combinan diferentes blancos, distancias y armas empleadas.
En esta ocasión, el objetivo es alcanzar un blanco (móvil o estático) pero lo más cerca posible de su centro.
Aquí la peculiaridad es que se emplean armas de época (originales o réplicas), si bien el objetivo sigue siendo alcanzar un blanco lo más cerca posible de su centro o bien tirar a platos.
Se trata de «circuitos» en los que se realizan diferentes ejercicios sobre objetivos móviles o estáticos, desde una o varias posiciones…
Aquí puntúa no solo la precisión en los disparos sino también el tiempo empleado en completar el ejercicio.
Una especialidad que persigue la mayor perfección posible en cuanto a armas, munición y ejecución del disparo.
Tiene diferentes modalidades, todas ellas deportivas, cuyas características, blancos, distancias y puntuaciones varían según cada una.
Se emplean rifles dotados con visor telescópico y se dispara sentado teniendo el rifle apoyado en una torreta.