Un equipo de protección individual -EPI- tiene por objeto proteger la salud y seguridad de las personas trabajadoras.
Por ello, deben existir diferentes equipos que sean capaces de atender a diversas variables como: las partes del cuerpo, el puesto de trabajo que se desarrolla, y los riesgos laborales a los que se está expuesto.
Así mismo, y en función de la parte del cuerpo que protegen, podemos clasificar los siguientes EPIs: Orejeras y tapones para proteger los oídos.
Máscaras y mascarillas para proteger las vías respiratorias.
Gafas y pantallas faciales para proteger los ojos y la cara.
Cascos de seguridad y gorras para proteger la cabeza y el cráneo.
Calzado de seguridad, plantillas de seguridad, calcetines de seguridad y polainas para proteger los pies y la parte inferior de la pierna.
Guantes, manoplas, manguitos y dediles para proteger las manos y los brazos.
Delantales y batas para proteger el tronco del cuerpo.
Ropa de trabajo y buzos para proteger el cuerpo.
Arneses para proteger a la persona de caídas y alturas.
Un ejemplo muy actual, serían las conocidas mascarillas FFP2 o FFP3.
Los tipos de protección que se necesitan en esta categoría son: Protección respiratoria filtrante y aislante de la atmósfera.
Protección limitada en el tiempo contra agresiones químicas o radiaciones ionizantes.
Salvaguarda frente a agresiones térmicas.
Salvaguarda frente a agresiones térmicas por frío estando a unas temperaturas inferiores a los 0ºC.
Protección frente a caídas de altura.
Protección frente a riesgos eléctricos.