Para convertirnos en un jugador consistente debemos conocer nuestro estilo de juego, en dónde fallamos más y cuales son nuestras fortalezas. Luego debemos comenzar a evaluar una por una las situaciones de juego para tener una respuesta correcta y segura para cada situación.
Jugar con margen es importante, no hay que jugar al límite de la cancha para ganar los puntos, la perfección no es necesaria, apuntar un metro adentro de la cancha es clave.
Ponerla en juego significa simplemente pasarla del otro lado sin ningún objetivo más ambicioso que no sea el de meterla adentro, cuando la pelota de nuestro adversario viene muy difícil y nos damos cuenta de que si somos demasiado ambiciosos con el tiro cometeremos un error.
Atacar cuando es posible, siempre que te de la posibilidad el rival y es en esas pelotas que si está permitido errar, cuando tienes la pelota cómoda, no debes dudar y debes jugar con convicción hacia una esquina para intentar ganar el punto.
Convertirse en un jugador más consistente es un desafío que llevará tiempo y esfuerzo, debes seguir cuidadosamente los consejos y habrá días en los que no tendrás ganas. Pero ser más consistente es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu juego, te sentirás más confiado en momentos de presión y partidos que quieras ganar y ganarás más partidos de lo que lo haces actualmente y tus rivales te respetarán.