La Administración de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos ha endurecido sus regulaciones en materia de seguridad aérea al implementar una nueva normativa que afecta a los viajeros.
Con el objetivo de mitigar riesgos, los cargadores portátiles y cualquier dispositivo con baterías de litio están prohibidos en el equipaje facturado.
Esta medida responde a los riesgos inherentes a las baterías de iones de litio, que por su alta densidad energética pueden sobrecalentarse y provocar incendios o explosiones, sobre todo en condiciones adversas.
La TSA ha detallado una lista de dispositivos que no se pueden incluir en el equipaje que se factura, destacando aquellos que contengan baterías de litio.
Estos incluyen cargadores portátiles, baterías externas para dispositivos móviles, ordenadores portátiles y tabletas, así como estuches con funciones de carga incorporadas.
No complir esta normativa puede resultar en sanciones civiles sustanciales.
Según el sitio web de la TSA, las multas pueden alcanzar hasta 14.950 dólares, una cantidad alta que se suma al problema y al riesgo asociado.
Para aquellos viajeros que ya tienen antecedentes de infracciones, las consecuencias pueden ser más severas, incluyendo una posible remisión al sistema penal.
La autoridad aérea subraya la importancia de adherirse a estas regulaciones para evitar sanciones económicas que podrían afectar gravemente a los viajeros desprevenidos.