El primer paso consiste en interpretar las imágenes que percibimos, el segundo pasa por construir una historia con ellas para recordarlas y, por último, hay que extraer una moraleja del relato creado.
Es como un juego de niños.
Se trata de la llamada regla de los tres pasos.
Ése es el truco de los tres pasos: interpretar lo que vemos, construir una historia y memorizarla para aprender de ella.
No hay nada mejor que inventar nuestra propia historia.
Todo depende de cómo interpretamos las cosas y no de cómo suceden realmente.
La capacidad interpretativa del cerebro siempre está alerta.
Es así porque la capacidad interpretativa del cerebro siempre está alerta.
Recordemos, para los más rezagados, que el primer paso consiste en interpretar las imágenes que percibimos, el segundo pasa por construir una historia con ellas para recordarlas y, por último, hay que extraer una moraleja del relato creado.