¿Cómo trabajar la motivación en el deporte?

La motivación es una de las variables psicológicas más importantes al realizar cualquier actividad, incluyendo el deporte. La motivación intrínseca: es aquella que viene del interior del individuo y está asociada a la autorrealización y al crecimiento personal. La motivación, en cualquiera de sus formas, ejerce un fuerte impacto en el deporte. Hace que el rendimiento de los deportistas crezca y les empuja a lograr sus metas. Para que esta técnica genere resultados, es importante fijar unos objetivos siguiendo una serie de condiciones: Los objetivos deben ser positivos. Los objetivos deben ser desafiantes y estimulantes, pero siempre realistas y alcanzables. Los objetivos deben ser claros y conocidos por el deportista. Los objetivos deben fijarse de acuerdo a la habilidad y capacidad del deportista. No se pueden fijar los mismos objetivos para un deportista amateur y un deportista de alto rendimiento.

La motivación deportiva nos impulsa a continuar esforzándonos y ser constantes en nuestros objetivos relacionados con el deporte. Contar con un entrenador/a es clave para motivarte, ya que en él/ella también recae esta responsabilidad. La comunicación entre entrenador/a-deportista es muy importante para conocer cuáles son sus motivaciones y poder trabajar en ellas. La motivación en el deporte tiene distintos objetivos. El primero de ellos es sentirse bien con uno mismo/a a través del ejercicio físico. Si nos sentimos valorados por el esfuerzo que estamos realizando, también nos sube la autoestima y la confianza. Además, existen casos en que el deporte se convierte en una vía de escape a emociones internas, como la rabia o el sentimiento de pérdida por alguien importante para nosotros. Así pues, la motivación en el deporte es clave para conseguir cualquier objetivo. Encuentra tu meta, visualízala, cree en ti y sé constante. Verás como consigues lo que te propones y mejorará tu vida en general. ¡No te rindas!

Algunas claves para mantener la motivación en el deporte son. Recordar los motivos Es importante tener presente que el deporte es fundamental para mantenernos saludables. Tiene un impacto en el organismo y para la salud física y mental. Darse recompensas Cada pequeño logro cuenta y merece ser celebrado. Es importante que las recompensas sean saludables: comprar ropa nueva de entrenamiento, reservar una sesión de masajes… Marcarse desafíos a corto plazo Ponerse objetivos pretenciosos a largo plazo puede desanimar, ya que en el día a día no se ve la evolución. Por ello, los retos deben ser asequibles y adaptables a la condición física de cada persona. Entrenar con alguien Es importante buscar a un acompañante para motivarse mutuamente, así como buscar un lugar de entrenamiento cercano y con horarios adaptados a las necesidades particulares. Las clases grupales son también una buena opción para hacer equipo con otras personas. Ponerse una obligación para después de entrenar Lavarse el pelo o poner la lavadora solo después de hacer ejercicio es una manera de motivarse a practicar deporte y sentir que se ha cumplido con el objetivo. Escuchar música En los ejercicios más duros y tediosos, escuchar música, audiolibros o podcast suele ser de gran ayuda para distraerse y dejar de pensar en el cansancio. Programar los entrenamientos Entrenar siempre los mismos días y a una hora concreta puede servir de ayuda para no ponerse excusas. Alternar las actividades Probar nuevos deportes no solo mantiene la motivación, sino que también permite trabajar otros grupos musculares. Además de todo esto, cada persona debe elegir una modalidad deportiva que le parezca atractiva y divertida, así como complementar el gimnasio con deportes de grupo, como pádel, tenis, fútbol, vóley… En conclusión, cuanta más predisposición, disciplina y buena actitud tengamos, más predispuestos estaremos a entrenar, disfrutar del proceso y cuidar nuestra salud.