La culata es una de las partes principales del vehículo, ya que sirve de soporte para otros muchos elementos y componentes.
La culata es un elemento fundamental en todo coche, puesto que alberga componentes importantes del motor como pueden ser el cigüeñal, las bielas y los pistones, entre otros.
Su tarea es evitar pérdidas de compresión del interior de los cilindros del motor, actuando como un bloque que se coloca en los extremos de dichos cilindros.
Se suele fabricar a partir de hierro fundido o aleación de aluminio, aprovechando las propiedades de conductividad térmica, resistencia y rigidez de estos materiales.
Existen varios síntomas que podrían anunciar la avería de la culata de un motor, siendo indicadores de que has de llevar tu coche al taller.
Puede apreciarse en el rendimiento del mismo motor, que se puede resentir.
Si nuestro vehículo sufre una avería, también podemos apreciarlo por un fallo en el encendido del motor.
Para evitar, en la medida de lo posible, que se produzcan estas averías, existen varias formas de cuidar el estado de la culata de tu motor.
En primer lugar, resulta conveniente apretar las tuercas de la culata tras recorrer los primeros 2.000 kilómetros o tras cada sustitución de la junta.
Se puede comprobar si existen deformaciones, fruto del sobrecalentamiento producido por la falta de agua o por fallos en la bomba de agua.
Finalmente, es importante garantizar que la culata esté limpia.