Correr en invierno es posible tomando las precauciones adecuadas, la primera de ellas es la necesidad de calibrar los entrenamientos.
En invierno, la oscuridad y el frío constituyen un freno para practicar actividad física al aire libre, pero también está bien limitarse a salir a correr 20 minutos.
Si no se mantiene una frecuencia de entrenamiento, puede desencadenarse una serie de reacciones que disminuyen la motivación y aumentan la fatiga.
Cuanto más tiempo uno está inactivo, más le costará volver a empezar, por eso en invierno es todavía más oportuno ser consciente de los límites personales y mantener alta la motivación con pocos ejercicios diarios.
Por ejemplo, aunque sea una solución temporal, la cinta de correr puede ser una buena alternativa para los días en que la tentación del sofá es demasiado fuerte para pensar siquiera en desafiar el frío.
O bien, es suficiente establecer algunos días a la semana en los que practicar distintos tipos de ejercicios que puedan complementar el running, como el yoga y el pilates, útiles para mantener los músculos flexibles y tonificados.
Además, un truco para favorecer el movimiento es hacer calentamiento para poner en movimiento tanto los músculos como la mente.
En invierno, los ejercicios de estiramiento son aún más importantes para aumentar la temperatura corporal, mejorar la circulación y la elasticidad de músculos y tendones para limitar el riesgo de lesiones debidas a la inactividad y a las bajas temperaturas.
Ponerse la ropa adecuada es esencial para correr en invierno, pero llevar ropa muy abrigada puede ser contraproducente.
Lo ideal es vestirse por capas, superponiendo camisetas térmicas, chaquetas cortaviento transpirables, y calzado adecuado para running, que debe ser impermeable, adecuado a la forma del pie y al tipo de recorrido que se realice.
Es mejor llevar ropa de colores vivos o utilizar chalecos reflectantes cuando se entrena en oscuridad, en aceras urbanas.
En invierno es importante prestar atención a algunos peligros potenciales como las superficies resbaladizas cuando están mojadas.
Es mejor acortar la zancada para tener más control sobre la carrera en esas situaciones.
Una dieta sana y correcta para quienes practican running en invierno incluye, como siempre, raciones abundantes de fruta y verdura de temporada para reponer vitaminas y sales minerales.
Hay que comer hidratos de carbono, así como carne magra, aves de corral y pescado.
Antes del entrenamiento, se recomienda un tentempié ligero o una barrita energética como las barritas Cetilar Nutrition, formuladas con nutrientes esenciales que proporcionan al deportista una fuente fiable de energía durante la actividad física.
El cuerpo también necesita rehidratarse y reintegrar las sales minerales consumidas durante la actividad física.
Es importante acordarse de beber antes, durante y después de la actividad deportiva para mantener un adecuado nivel de hidratación.