La visión térmica es una tecnología impresionante que ha revolucionado el mundo de la caza en el último lustro.
Su funcionamiento es claro: detecta la radiación infrarroja o el calor emitido por todos los objetos, incluidos los animales, y lo convierte en una imagen visible para el ojo humano.
En el contexto de la caza, esto permite a los cazadores identificar corzos, jabalíes o ciervos incluso en la oscuridad total o en condiciones de luz tenue, donde la visión normal sería ineficaz.
Los dispositivos de visión térmica, como monoculares, prismáticos y visores, captan las diferencias de temperatura entre los objetos y su entorno.
Los animales, al ser generalmente más cálidos que su entorno, aparecen claramente en la pantalla del dispositivo, lo que facilita su localización y seguimiento.
Esta tecnología es particularmente útil en la caza, ya que permite a los gestores cinegéticos detectar animales ocultos en el monte y realizar labores de conteo y vigilancia dentro de sus fincas o acotados.